En lo alto de los majestuosos Andes peruanos, vivían dos jóvenes cóndores llamados Kusi y Inti. Eran hermanos inseparables y compartían el mismo sueño: aprender a volar alto y explorar el vasto cielo sobre sus cabezas.
Desde temprana edad, Kusi y Inti habían escuchado una antigua leyenda entre los cóndores. Decía que, si creían en sí mismos y en sus habilidades, podrían volar a alturas increíbles y alcanzar las nubes más allá de las montañas. Pero, como todos los cóndores jóvenes, tenían dudas sobre sus propias capacidades.
Una mañana, mientras exploraban las rocas escarpadas de su hogar en los Andes, encontraron un antiguo nido de águila abandonado. Dentro del nido, descubrieron un pergamino con palabras sabias escritas por un sabio águila que había vivido mucho tiempo atrás. El pergamino decía:
«Si piensas que estás vencido, lo estás. Si piensas que no te atreves, no lo harás. Si piensas que te gustaría ganar pero no puedes, no lo lograrás. Si piensas que perderás, ya has perdido, porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre. Todo está en el estado mental.»
Kusi y Inti leyeron estas palabras una y otra vez. Comprendieron que su sueño de volar dependía de su confianza en sí mismos. Decidieron poner en práctica estas lecciones y comenzaron a creer que podían volar alto.
Día tras día, practicaron sus vuelos desde lo alto de las montañas. Se apoyaron mutuamente y se animaron cuando las corrientes de aire eran fuertes y desafiantes. Recordaban las palabras del pergamino:
«Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y quedarás atrás. Piensa que puedes y podrás. Todo está en el estado mental.»
Con el tiempo, Kusi y Inti se volvieron expertos en volar. Sus alas se fortalecieron, y sus sueños los elevaron cada vez más alto en el cielo. Un día, cuando estaban a punto de tocar las nubes, se dieron cuenta de que habían alcanzado su sueño.
La batalla de la vida no siempre la gana el cóndor más fuerte, ni el más ligero, sino aquel que cree en sí mismo y se esfuerza por lograrlo. Kusi y Inti se habían convertido en leyendas en el mundo de los cóndores, demostrando que con determinación y confianza, cualquier sueño es alcanzable.
Y así, cada noche, los cóndores jóvenes de los Andes peruanos escuchaban esta historia antes de dormir, inspirándose en la valentía y la confianza de Kusi y Inti para perseguir sus propios sueños. La lección de los dos hermanos les recordaba que, si creían en sí mismos, podían lograr cualquier cosa que se propusieran. Y así, los sueños de los jóvenes cóndores volaban alto, tan alto como el cielo mismo.